sábado, mayo 17, 2025

El legado social y ambiental del Papa Francisco

Incluir a los más vulnerables, preservar el Planeta y accionar colaborativamente fueron mensajes que signaron su gestión. Aquí, la reflexión de referentes del sector social local sobre lo que lega al mundo el Papa argentino

Por Silvina Oranges/ Fotos Enrique Cangas

Desde el minuto cero de su pontificado, el argentino Jorge Bergoglio –el primer Papa latinoamericano y jesuita de la historia- adelantó mucho de lo que vendría después. Al elegir el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís -el fundador de la orden franciscana que renunció a las riquezas de su familia, vivió pobre y rodeado de la naturaleza-, Bergoglio anticipó las líneas centrales de lo que sería su papado. Fue el primer Papa en escribir una encíclica “verde” o ecológica, fue el Papa de las tres T (tierra, techo y trabajo), el Papa que abrió puertas, rompió moldes y derribó muros.

“Venido del fin del mundo”, como él mismo se definió la noche que lo eligieron, el 13 de marzo de 2013, desde el balcón de San Pedro, Francisco fue el impulsor de una verdadera revolución cultural dentro de la Iglesia. Su mensaje en favor de la justicia social, de los descartados y más desfavorecidos de la sociedad fue clave en todo su pontificado, así como las denominadas Tres T que tomaron como bandera organizaciones sociales y comunitarias de todo el mundo, incluidas las de Argentina.

Por medio de sus gestos simbólicos y sus acciones concretas, demostró su compromiso con los marginados y los más vulnerables, como los niños, los ancianos, los migrantes.

Laudato Si

En materia social y ambiental, Francisco deja un enorme legado no solo para la Iglesia católica sino para toda la humanidad. Una de sus primeras encíclicas fue Laudato Si (“Alabado seas” en latín, en referencia al inicio del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís), publicada en mayo de 2015, y que se centra en el cuidado del medio ambiente y de todas las personas que habitan la “casa común”, como denomina al planeta.

Pero va mucho más allá y analiza temas como la relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el sentido humano de la ecología, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida, según detalla el propio Francisco en la introducción.

A poco de cumplirse diez años de su publicación, la encíclica sigue teniendo una vigencia extraordinaria. Implica una fuerte llamada a detener la acción codiciosa del capitalismo extremo en defensa de esa “casa común”, una interpelación a todos los sectores productivos, a los gobernantes y a toda la sociedad en su conjunto.

“Hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”, advierte en el documento.

El planteo del texto sigue pareciendo urgente ante importantes líderes del mundo que descreen de estas problemáticas. “El cambio climático es un problema global, con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad”, señala Bergoglio.

En 2023, el Papa publicó Laudate Deum que precisa y completa la encíclica de 2015. En este nuevo documento, el pontífice advirtió que no estamos reaccionando lo suficiente” y dramáticamente expresó que “estamos cerca del punto de ruptura”.

En una dura advertencia a los negacionistas, el Papa argentino escribió: “Por más que se pretenda negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes” y habla de una “enfermedad silenciosa que nos afecta a todos”.

El mensaje que dejó Francisco

 Intersección recabó las opiniones de referentes de distintas organizaciones sociales y ambientales del país sobre el legado que deja el Papa argentino.

Para la Fundación Vida Silvestre, el papa Francisco “recordó incansablemente que la humanidad sólo podrá salvarse si también se salva la naturaleza” y destaca que la Laudato Si constituyó “un hito fundamental, al vincular religiones, países y personas en torno a la necesidad de comprender y enfrentar de manera conjunta los desafíos ambientales y sociales”.

“El papa Francisco nos deja un legado poderoso con el mensaje de su encíclica Laudato Si’. Ese mensaje seguirá inspirándonos frente a la crisis climática y de biodiversidad que enfrentamos. Continuará tocando conciencias y llamando a la acción para lograr una transición justa hacia un mundo más equitativo, donde las personas vivan en armonía con la naturaleza”, expresó en un comunicado Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.

Desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) remarcaron que, a través de sus encíclicas, Francisco “trajo a la conversación la interdependencia entre los problemas ambientales, sociales, económicos y éticos” y considera que esos escritos “representan además un valor histórico que será una guía para los delicados tiempos por venir”.

“Francisco expresó su preocupación por los límites planetarios de manera reiterada a lo largo de su pontificado y también abogó por marcos normativos robustos que impidan la regresión ambiental y protejan los ecosistemas”, destacaron desde la fundación.

En concreto, remarcaron que en Laudato Si Francisco describió con claridad los límites del planeta y criticó la lógica de un crecimiento ilimitado” y en Laudato Deum “dejó asentado, por primera vez en un texto oficial, a la crisis climática como un fenómeno innegable”.

“El papa Francisco fue una voz firme en denunciar las raíces sistémicas de la crisis climática y en señalar que no se trata solo de un problema ambiental, sino de una cuestión de desigualdad y derechos humanos”, concluyó la organización.

Desde el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), su Presidente, Gustavo Castagnino afirmó: El Papa Francisco deja al mundo un legado profundo y transformador, marcado por su humildad, cercanía y compromiso con el bien común. Con Laudato Si y su llamado a una “cultura del cuidado”, puso en el centro la urgencia de un desarrollo más humano, inclusivo y sostenible. Su defensa de la dignidad de cada persona y su impulso a una “cultura del encuentro” nos recuerdan que todo está conectado, y que el futuro común solo es posible cuando cuidamos del prójimo y de la Casa Común.

Para Carlos March, Director del Eje Innovación democrática de Avina, el Papa “nos lega una clase magistral de inteligencia emocional para ejercer el poder”.

“En su pontificado fue más Bergoglio que Francisco cuando necesitó que frente a las vulnerabilidades sociales y las inequidades estructurales se impusiera el abordaje de lo humano y lo espiritual por sobre lo jerárquico y lo religioso. Y fue más Francisco que Bergoglio para asumir su rol de hombre de Estado y condenar los excesos de la iglesia como estructura de poder. Unió en su papado el dogma de la fe y la sensibilidad de la caridad con el pragmatismo de la política para convertirse en el Papa de la dignidad humana”, consideró.

En tanto, para Guillermo Correa, Director Ejecutivo de la Red Argentina para la Cooperación Internacional(RACI), el mayor legado que deja Francisco al mundo es “haber revalorizado el espíritu comunitario y colaborativo como motor del cambio social” y destacó que a lo largo de su pontificado “promovió una visión del mundo basada en la solidaridad, el encuentro y el trabajo conjunto por el bien común, principios que son fundamentales para el fortalecimiento de la sociedad civil”.

“Su constante llamado a ‘salir al encuentro del otro’ y a construir puentes entre pueblos, culturas y religiones, impulsó a organizaciones sociales y ciudadanos a comprometerse activamente con la justicia social, la paz y la defensa de los derechos humanos. Francisco mostró que solo a través de la cooperación y la acción colectiva es posible enfrentar los grandes desafíos globales, dejando como herencia una invitación permanente a transformar la realidad desde el compromiso compartido y la participación activa”, expresó el referente de la RACI.

Por su parte, Martín Giovio, Director de Red Soldaria reflexionó «Francisco nos deja un legado inigualable. A sembrado esperanza y la fe de un mundo más Justo. Nos deja su vida entregada al prójimo. Enseñanzas en cada paso. Un integro. Muy humilde. Muy humano.
Amigo de los más descartados. Un constructor de La Paz. Nos invitó a soñar en grande y a hacer lío. 
Nos enseñó a levantar la mirada, a respetarnos y cuidarnos. Que hay lugar para todos. Una iglesia en salida. La periferia en el centro. Nos enseñó a recibir la vida como viene.
Patrimonio de la humanidad. El mejor de los nuestros. Francisco. Jorge Mario.»

Jóvenes por el Clima también compartió su visión sobre el legado del Papa: “Hoy despedimos a una de las voces más importantes que tuvo el planeta. Con su encíclica Laudato Si’ nos dejó un legado claro: el cambio climático es un desafío moral urgente y no podemos seguir ignorándolo”. “Hoy lo despedimos, pero su mensaje prevalece, que nos impulse a seguir luchando por una justicia climática que ponga la vida en el centro”, expresaron en sus redes sociales.

 

 

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