Por Andrea Vulcano
Durante 2023, Sociedad Civil en Red -un espacio en el que confluyen seis redes integradas por las principales organizaciones de la sociedad civil (OSC) de la Argentina- realizó un relevamiento a nivel nacional de las principales fortalezas y debilidades del sector.
Cuando esa radiografía quedó trazada, el contexto social y económico fue poniendo una vez más a prueba la capacidad de gestión de esos espacios.
“Las OSC atienden las necesidades más básicas de la gente: dan de comer, acompañan en la educación, ofrecen un techo y asisten a las personas en situación de calle, entre otras acciones. Es muchísimo el trabajo que realizan y muchas veces esa tarea no solo no se conoce sino que también se pone en duda”, afirma a Intersección el coordinador ejecutivo de Sociedad Civil en Red (SCR), Diego Guilisasti.
En este sentido, considera “fundamental” que la sociedad sepa qué están haciendo las organizaciones “no solo por una cuestión de transparencia sino también para que sea una invitación a la sociedad a activar y acompañar el trabajo de las OSC, sobre todo a través de la fuerza del voluntariado”.
El compromiso, un sello en el ADN
En el relevamiento realizado a lo largo y ancho del país, el voluntariado sobresale como una “parte sustancial” del capital social con el que cuentan las organizaciones de la sociedad civil.
“Por un lado, los voluntarios contribuyen en gran medida al cumplimiento de los objetivos participando activamente en las acciones que las organizaciones desarrollan. Por otro lado, ese involucramiento se da porque las organizaciones sociales generan y facilitan canales de participación social confiables mediante los cuales la ciudadanía puede transmitir su solidaridad y empatía”, destaca el trabajo realizado por SCR. El hecho de que personas comprometidas con alguna causa social se involucren “fortalece las relaciones entre los miembros de la comunidad y robustece la democracia”.
Según los datos recopilados, en la región del Noreste Argentino (NEA), el 50% de las organizaciones destaca el compromiso de las personas como su máxima fortaleza, mientras que el 43% señala al voluntariado como la principal forma de participación ciudadana. De hecho, casi la mitad de las organizaciones encuestadas ubicó al compromiso, la militancia y la calidad de sus equipos como pilares de sus acciones.
Visibilizar el trabajo
Uno de los desafíos identificados por las propias organizaciones que participaron del relevamiento tiene que ver con el de la comunicación, puntualmente con la visibilización de sus acciones.
“En un momento donde se plantean todos los días nuevas necesidades, está bueno poder contar las buenas acciones que existen hoy en el sector, que muestra a la vez la solidaridad que tienen los argentinos y cómo ésta se materializa en acciones concretas”, asegura Guilisasti en diálogo con Intersección.
En el relevamiento, la participación en ámbitos de cooperación aflora como signo distintivo de las organizaciones tanto en el NEA como en Cuyo, en la Patagonia y la región Centro.
No obstante, en los casos en los que dan cuenta de limitaciones para el trabajo articulado, otra vez las organizaciones apuntan a lo comunicacional: “Existe una falta de reconocimiento y visibilización del trabajo, y que realmente se conozca nuestra misión”, indican.
Aunque a nivel de acceso a financiamiento, y de cumplimiento de exigencias formales y fiscales los desafíos son múltiples para las OSC, lo cierto es que el trabajo mancomunado es un rasgo que las distingue y las potencia. Así, las redes que las organizaciones suelen tejer entre sí en los territorios, como así también la articulación con empresas y el Estado, le dan cuerpo y músculo al trabajo que realizan.
“En el nodo Centro, el 90% de las organizaciones declaró tener alianzas con otras redes y colectivos de organizaciones”, subraya el informe. Y casi nueve de cada diez OSC trabajan en conjunto con empresas, el 78% con centros educativos y poco más de la mitad con el gobierno nacional y los provinciales.
En el NOA, siete de cada diez organizaciones consultadas manifestaron pertenecer a alguna red de organizaciones sociales o constituir una en sí misma, como es el caso de la Unión de Trabajadores de la Tierra o Cruz Roja. La participación en ámbitos de cooperación surge también como otra fortaleza impregnada en el ADN del sector.
Sin embargo, referentes de las organizaciones entrevistadas señalaron como un terreno pendiente de profundización al trabajo articulado con el sector privado. Por caso, algunas organizaciones de la región Cuyo advirtieron que, en ese ámbito, “la mayoría de las experiencias destacadas se vinculan con la recepción de donaciones” pero que resulta “difícil” llevar adelante “proyectos a mediano o largo plazo”.
La supervivencia en jaque
Si hay algo que marca la vida cotidiana de las OSC en la Argentina son los desafíos y dificultades que enfrentan en materia económica para lograr su supervivencia. La falta de recursos fue, de hecho, la principal variable detectada en todas las regiones como escollo para la sostenibilidad del trabajo.
“Se trata de un problema transversal de todas las organizaciones del país. De hecho, las OSC trabajan en permanentes contextos de escasez en los que requieren de donaciones de personas individuales y de empresas, y del apoyo del Estado para poder llevar adelante las acciones”, analiza Guilisasti.
En este sentido, en la región de Cuyo (Mendoza y San Juan), casi nueve de cada diez organizaciones señalaron no contar con recursos suficientes para solventar sus gastos operativos, mientras que en el Noreste Argentino fueron siete de cada diez las ONGs que aseguraron estar asfixiadas.
En la región Centro, el 42% de las organizaciones manifestó que la variable económica y de financiamiento impacta en el correcto funcionamiento de sus instituciones, consigna el trabajo, nutrido por 650 entrevistas a referentes de organizaciones realizadas en 2023.
“Hoy existe la necesidad de trabajar más en presentaciones de papeles que en la misión de la organización. Eso nos está asfixiando y no nos deja centrarnos en nuestra verdadera misión”, señalaron desde las organizaciones, que a la vez plantearon que deberían contar “con un cuerpo de abogados, contadores y escribanos” que las asesore y acompañe “para estar en regla”.
¿Marco o techo?
El marco legal y fiscal que existe tanto a nivel nacional como provincial y municipal para las organizaciones hace que la sostenibilidad resulte un objetivo difícil de alcanzar. En la región Cuyo, el 80% de las organizaciones manifiestan que las leyes y el régimen impositivo actual “no favorece su funcionamiento”.
También afirman que, a nivel provincial, los gobiernos le otorgan al tema un papel “poco o nada importante” en sus políticas. En esos ámbitos, la falta de diálogo y de articulación parece ser una constante.
“Hace cuatro años que no hacemos asamblea porque no tenemos recursos para pagar la comida y el traslado de todos los socios. Estamos atrasados con los balances por falta de recursos”, respondieron desde una OSC catamarqueña.
Los referentes de otra organización, en cambio, pusieron el foco en la falta de estabilidad de los marcos normativos: “Las reglamentaciones son cambiantes, exigidas según funcionarios y según ideologías imperantes en el poder. Falta de transparencia”.
Si bien la cuestión de género es un aspecto abordado por muchas organizaciones en todo el país, en regiones como el NEA, la mitad puso el foco en la necesidad de recorrer aún un camino de capacitación de sus equipos para poder atender adecuadamente esas problemáticas.
“El 80% de las organizaciones de la región Centro manifestó trabajar bajo ese marco conceptual y tener el 67% de sus equipos capacitados para manejar situaciones de violencia de género”, indica el informe.
“Si bien deberá prestarse especial atención a fortalecer este aspecto en la región NEA, el trabajo en red y compartir experiencias entre pares permitirá mejorar los porcentajes detectados en el resto de las regiones”, concluye el trabajo.
Radiografía del sector
Si bien el relevamiento de Sociedad Civil en Red (SCR) fue realizado durante el año pasado, sus resultados fueron difundidos recientemente. Para trazar la radiografía del sector, entrevistaron a referentes de más de 650 actores -incluyendo ONG, redes y entidades gubernamentales- en cinco regiones: Noroeste Argentino (NOA), Noreste (NEA), Patagonia, Cuyo (Mendoza y San Juan), y Centro (CABA, provincia de Buenos Aires y Córdoba).
En el espacio de Sociedad Civil en Red confluyen la Federación de Fundaciones Argentinas (FEDEFA), el Foro del Sector Social (FSS), la Red Encuentro de Entidades No Gubernamentales por el Desarrollo (EENGD), la Red Argentina de Cooperación Internacional (RACI), la Red Argentina de Bancos de Alimentos (REDBdA) y el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE).
Para acceder al informe completo, se puede utilizar el siguiente enlace