De acuerdo con datos del Informe Planeta Vivo 2024 publicado por WWF el tamaño promedio de las poblaciones de vida silvestre monitoreadas a nivel global se redujeron en un 73% en tan solo 50 años (1970-2020). La situación es más crítica en América Latina y el Caribe, donde por ejemplo, se registra una disminución del 95% de especies vertebradas.
Argentina no es ajena a esa situación: Según la categorización de los mamíferos realizada en 2019 por la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (SAREM), de las 417 especies evaluadas, 24,7% se encontraban en estado de vulnerabilidad.
La pérdida de biodiversidad local tiene múltiples expresiones. Y está relacionada en gran medida con las actividades productivas, especialmente en el caso de los bosques, pastizales y sabanas del Gran Chaco, las Pampas y la Selva Misionera. Por caso, de las 40.343 hectáreas de bosques o tierras forestales que registraron cambio a otros usos en 2017, Argentina registró el segundo mayor porcentaje de deforestación en América Latina, con 18% de áreas de desmonte, en comparación con Paraguay y seguido por Bolivia. (Ver informe de PNUD)
“La pérdida de la biodiversidad avanza de forma alarmante, afectando a las personas, las actividades humanas y los medios de vida”, alertaron desde Fundación Vida Silvestre. Su titular, Manuel Jaramillo recordó que “La presentación de las estrategias nacionales de biodiversidad en el marco de la COP16 resaltó la importancia de que tanto los gobiernos como las empresas actúen de forma urgente para eliminar las actividades que tienen efectos negativos sobre la biodiversidad y el clima, y redirigir el financiamiento de prácticas nocivas hacia actividades que permitan acceder a los recursos para alcanzar los objetivos globales”.
Desde el sector privado se están implementando diversas iniciativas que, con base en la articulación entre distintos actores, apuntan a restaurar la biodiversidad en zonas donde ésta se ve afectada. Aquí, algunas de las experiencias implementadas.
El corredor misionero
Banco Galicia lleva adelante un programa de restauración ecológica en 11 hectáreas, ubicadas en La Reserva San Sebastián de la Selva y La Maluka, en el Corredor Biológico entre los parques provinciales Urugua-í y Foersters, en Comandante Andresito, al norte de la provincia de Misiones.
El Bosque Galicia es desplegado en articulación con Eco House y el Proyecto Bayka y también participan las comunidades locales que son las encargadas de colaborar en el monitoreo y seguimiento del desarrollo de los nuevos ejemplares. Ya plantaron 6800 árboles.
“El objetivo es restaurar el ecosistema de la Selva Misionera y compensar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que emite el Banco por su actividad. El Grupo Galicia se convirtió en una empresa carbono neutral, lo cual implica alcanzar un resultado neto de cero emisiones”, precisó Alejandra González, Líder de Ambiente Galicia.
Esta iniciativa, que demandó una inversión de 36 millones de pesos, involucra a 426 personas involucradas, 9 escuelas y ya les permitió compensar 21.404 tn CO2.
Desde Galicia programan afianzar esta estrategia: “Trabajamos en la conservación de la Selva Los Quebrachales, en la provincia de Chaco, junto a la Fundación Banco de Bosques, para preservar 270.231 m2”, amplió González.
Proteger el paisaje productivo
Desde 2007, en la provincia de Jujuy, Ledesma lleva adelante el Plan de Biodiversidad – Paisaje Productivo Protegido (PPP), con el objetivo de reducir la degradación de los hábitats naturales, detener la pérdida de la diversidad biológica, proteger las especies amenazadas y evitar su extinción.
La empresa asumió el compromiso de conservación del 61% de sus territorios (96.000 hectáreas de 157.000), que incluyen ambientes naturales de selva, bosques, humedales y ríos, donde se realizan monitoreos de flora y fauna con el objetivo de generar información acerca de la salud de los ecosistemas naturales vinculados a espacios productivos.
Ese trabajo es el resultado de una serie de alianzas: Por un lado, reciben el respaldo técnico en la eco-región de parte de la Fundación ProYungas. Además, articularon con el sector público y con la sociedad civil, la Administración de Parques Nacionales, la Fundación Vida Silvestre y Greenpeace. Mientras que el monitoreo de la biodiversidad, involucra alianzas el Conicet y la Universidad Nacional de Jujuy, y el trabajo de manejo se realiza en conjunto con el Parque Nacional Calilegua.
“La principal barrera para el desarrollo de estos programas fue vencer el paradigma de Producción versus conservación. Dos años de diálogo generaron la confianza entre Ledesma y Fundación Pro Yungas para poder avanzar en la elaboración del Plan”, dijo en diálogo con Intersección Arturo Blanco Massani, Jefe de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de Ledesma.
Y señaló como otro desafío “los incendios forestales, una de las principales causas de la pérdida de ecosistemas y grave amenaza para los hábitats y todos los seres vivos que residen en ellos”.
Un plan para la Patagonia
En el sur del país, Aluar lleva adelante desde 2016 un Plan de Gestión de la Biodiversidad que abarca varias zonas protegidas dentro de su área de injerencia: Humedales de Península Valdés – Sitio Ramsar; Reserva de Biósfera Valdés; Red Hemisférica de Reserva de Aves Playeras; La Reserva Natural de la Defensa Punta Buenos Aires; la Reserva Faro Punta Delgada; Áreas de Importancia para la Conservación de Aves; Punta Loma; Punta León y El Doradillo.
En esas zonas efectuaron relevamientos de flora y fauna entre 2016 y 2024, lo que permitió detectar riesgos y oportunidades para la conservación de la biodiversidad y crear el Clúster Industrial de Aluar Puerto Madryn.
Como parte de las acciones de restauración que impulsaron, reforestaron 3 hectáreas que, sumadas a las ya arboladas, “alcanzan un total de 30 hectáreas de forestación y espacios verdes. Además de los beneficios ambientales de restaurar y mejorar la calidad del suelo, prevenir su erosión, absorber mayor cantidad de CO2 y generar nuevos hábitats, la forestación nos permite ampliar el área de riego con agua de reúso de los procesos de planta, mejorando la eficiencia en su consumo”.
Según precisó a Intersección Maria Victoria Canullo, Gerente de Gestión Sustentable de Aluar, “Se trata de la mayor área forestada de la planta en Puerto Madryn y la mayor de la ciudad”.
La compañía lleva adelante acciones de preservación en alianza con organizaciones sociales, entre ellas, Fundación Vida Silvestre Argentina: y la Fundación Patagonia Natural.
Restauración en el área de Cuyo
En la provincia de Mendoza, se desarrolla el proyecto Sumá Nativas, una articulación entre los sectores público y privado, que procura la restauración de la biodiversidad, monitoreo y medición de mejoras en la calidad de agua de la cuenca del Río Mendoza. Allí, Cervecería y Maltería Quilmes (CMQ) invirtió 600 mil dólares en iniciativas de seguridad hídrica.
Se trata de una iniciativa “que tiene como objetivo restaurar las zonas dañadas a partir de su re-vegetación con plantas nativas, favoreciendo la regeneración natural, aplicando técnicas de contención del suelo y manejo de especies exóticas invasoras”, detalló a Intersección Vanesa Vázquez, Gerenta de Impacto Positivo de CMQ.
El proyecto es el resultado de una alianza entre The Nature Conservancy y un equipo de científicas del Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas (IADIZA) y el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), ambas Unidades Ejecutoras del CONICET. También participan el Gobierno provincial y la comunidad local que gestiona el vivero Rústica creado como parte de esta iniciativa.
Ya lograron resultados: “Se recuperaron casi 2.000 hectáreas en Potrerillos y Vallecitos, buscando controlar especies invasoras, como la rosa mosqueta”, detalló.
A la hora de relevar resultados, explicaron que están en la última etapa, “que consiste en medir y monitorear el impacto a través de Waterplan, una plataforma que provee servicios de tecnología basada en la ciencia para monitorear recursos hídricos. Así se podrá tener mediciones a gran escala con datos globales, definir escenarios de intervención y posibles impactos”, precisó Vázquez.
De acuerdo al Informe Planeta Vivo 2024 publicado por WWF, el planea se enfrenta a graves amenazas para la Biodiversidad. Por eso, “será necesario poner en práctica un enorme esfuerzo colectivo durante los próximos cinco años, para abordar la doble crisis climática y de la naturaleza que enfrenta la humanidad”.