Por Silvina Oranges
“Los pobres no quieren trabajar. Las personas de las villas prefieren los planes antes que un trabajo formal. Las personas que salen en libertad nunca cambian. Las personas con discapacidad se aferran a sus pensiones. Los pobres no están aptos para el trabajo. Te pueden robar. No se adaptan ni se integran”.
Son ideas presentes en el imaginario popular y que habitualmente se escuchan o se leen en redes sociales. ¿Y si nos permitimos dudar? Eso fue lo que se preguntó en 2010 Jorge Luis Borge, fundador y socio de Gestiones Solidarias, una empresa social de servicios de triple impacto, que genera condiciones de empleo para personas en situación vulnerable.
El origen de la idea se ubica en un momento muy concreto: hace 15 años, Jorge era gerente de recursos humanos de una empresa y un empleado de seguridad le informó que en la entrada había una persona en situación de calle que pedía trabajo. “Qué pase”, dijo Jorge. “Pero tiene olor”, replicó el empleado. “No importa, que pase igual”, respondió.
Estuvieron hablando una hora y media. “Fue como un despertar. A las dos semanas dije: voy a armar una empresa para esta gente. Ese fue el impulso final que necesitaba para decirle a mi jefe ‘me voy’ y armar Gestiones Solidarias, que desde el minuto cero nace con esta misión social”, explica en diálogo con Intersección.
Incluir es la clave
Personas sordas, que estuvieron privadas de la libertad, integrantes del colectivo LGTBQ+, víctimas de violencia de género, sin estudios, de barrios populares, recuperados de distintas adicciones se encuentran entre los destinatarios de la misión de la empresa.
Todas esas personas llegan a Gestiones Solidarias a través de ONG, organismos o fundaciones. Actualmente trabajan en asociación con los paradores de la ciudad de Buenos Aires, Mayma, Espartanos, la asociación civil Contribuir al Desarrollo Local, la fundación Sonrisas, Mujeres por la Nación, la cooperativa Hombres y Mujeres Libres, LumenCor, Pilares, Pilarcito, Empujar, Fundación por Nuestros Niños, La casona de los Barriletes, entre muchas otras.
La meta es crecer
La empresa cuenta con cinco unidades de negocios: un servicio de agencia de empleo, de mantenimiento edilicio, de servicios de limpieza, para la construcción, y otra de consultoría y capacitación.
“Actualmentetenemos contratadas a 104 personas de contextos vulnerables. Estamos en un proceso de crecimiento y estimamos terminar el año con un total de 150 colaboradores. A lo largo de estos 14 años, hemos generado experiencias laborales formales a un aproximado de 1.600 personas”, precisa Borge.
La empresa tiene presencia en el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), y las ciudades de Rosario, Salta, Mendoza y Neuquén.
Creada hace 14 años, sus integrantes se definen hoy como “emprendedores sociales comprometidos en el cambio y la inclusión socio-laboral” y buscan un camino hacia “la productividad de la diversidad y la inclusión”, como dijo el propio Borge en una charla TED dada hace unos años.
“Me interesa y preocupa la equidad social. Creo en la construcción de valores sociales que involucre a todo el ecosistema y entiendo el trabajo como una vía de posibilidades donde todos los actores son vitales”, dice Borge, que es docente, especialista en recursos humanos y coach.
La cultura del trabajo
También cuentan con una Escuela de Valores y Empleo, en la que brindan capacitación y acceso a la empleabilidad a personas que viven en contextos vulnerables.
Se presenta como un espacio de autoconocimiento y de cultura del trabajo, y también de formación en oficios, en el que se busca que los participantes modifiquen hábitos y conductas para poder acercarlos a posibilidades concretas de empleo. De esta manera, según explican desde la empresa, posibilitan un 30 por ciento de empleabilidad directa e indirecta para los participantes.
De cara al futuro, el objetivo es “seguir creciendo en materia de empleabilidad y aumentar los procesos de capacitación que llevamos adelante con las Escuelas de Valores y Empleos que tienen como objetivo formar a las personas en cultura de trabajo, manejo de emociones, preparado de CV y preparación para entrevistas”, explica el fundador de la empresa.
Y detalla: “Este año capacitaremos a unas 250 personas. También el objetivo es tener presencia más fuerte en el interior del país y en un país de la región”.
Hacia una nueva economía
Las empresas de triple impacto buscan crear una nueva economía y ayudar a la construcción de un futuro más sostenible e inclusivo.
También conocidas como empresas B, tienen la misión de convertirse en agentes de cambio y su objetivo es ayudar a resolver problemas sociales y ambientales para alcanzar un desarrollo sustentable. Es de triple impacto porque busca incidir en tres dimensionales: la social, la económica y la ambiental.
Por lo tanto, este tipo de organizaciones no sólo buscan generar beneficios económicos –como cualquier empresa- sino que buscan crear valor social y ambiental para la comunidad en la que están insertas.
Para ampliar la información sobre Gestiones Solidarias
Contacto: info@gestionessolidarias.org
En Instagram @gestionesolidarias