Los consumidores ejercen su poder y refinan su capacidad de elegir: Cada vez son más los que prefieren productos que respeten el medio ambiente y impacto social positivo, incluso si deben pagar más por ellos.
La tendencia, que se viene afianzando en el mundo, también se percibe a nivel local. Por eso, las grandes marcas de la industria cosmética vienen alineando sus políticas de crecimiento al desarrollo de productos que respeten estos principios.
El Grupo L´oreal en Argentina anunció que extiende sus metas de sustentabilidad a todas las marcas que lo integran, desde la elaboración hasta la circularidad de los empaques y el tratamiento de sus residuos.
Así, en el sector de las fragancias, el 50% de los consumidores ha visto o escuchado sobre propuestas sostenibles en este ámbito, y el 96% estaría interesado en fragancias en formato recargable, según un relevamiento realizado entre 500 consumidoras.
Metas al 2030
Con esa premisa, Loreal Argentina revalidó su estrategia de Sustentabilidad alineada con los ODS. Y se propone alanzar las siguientes metas para el 2030: “Que todas sus fábricas utilicen agua 100% reciclada y reutilizada en sus procesos industriales que el 100% del plástico utilizado en sus envases proceda de fuentes recicladas; y que el 100% de sus centros cubran la totalidad de sus necesidades energéticas con energías 100% renovables”, precisó Mariana Petrina, Directora de Sustentabilidad de la compañía.
Además, apuntan a lograr que para esa fecha el 100% de sus empaques sean recargables, reciclables o compostables; reciclar o reutilizar el 100% de los residuos generados en sus sitios industriales (61% recuperado a diciembre 2023), y que no generen ningún residuo derivado a vertederos.
Desde 2005, L´oreal redujo el Grupo las emisiones de CO2 de sus plantas y centros de distribución en un 78%, mientras que el volumen de producción aumentó en un 37% durante el mismo período.
Mejora de estándares
Estas variables se están extendiendo a la industria del lujo, donde también se promueve el impacto positivo en lo social y ambiental, en busca de un nuevo paradigma que involucre a los consumidores en decisiones más conscientes.
El lujo propone una cultura opuesta a la de “usar y desechar” ya que se trata de productos de alta durabilidad y calidad, quienes los usan pasan a ser usuarios perdurables de la marca.
“Para lograr esos estándares, la fabricación demanda mano de obra calificada, por lo que implica la capacitación de la mano de obra local y el uso de materias primas que demanda el desarrollo de una cadena de valor responsable”, señaló Brenda Bianquet, Gerente de Asuntos Corporativos.
Mejorar el impacto
En esta re-definición, desde la compañía afirmaron que la búsqueda de estos objetivos “se traduce en inversión en tecnología e innovación que permitirá desarrollar procesos responsables con el medio ambiente”, amplió.
Por su parte, representantes locales de la marca Ralph Lauren detallaron que que al volver recargables sus frascos “se reduce la utilización de vidrio virgen un 22%, un 67% de metal y un 32% menos de cartón, mientras que adquirir el refill sería un 35% más accesible para los consumidores”
En relación a otra de las macas de la compañía, para la obtención de materia prima Yves Saint Laurent trabaja con una cooperativa de mujeres en los Jardines Comunitarios de Ourika con el fin de empoderar la comunidad, proteger la biodiversidad y practicar la recolección sostenible. Este programa social promueve las habilidades y formas de trabajo tradicionales de las comunidades locales, creando oportunidades laborales para las mujeres.
Y con respecto al impacto ambiental, el 93% de los productos de esa marca de belleza se crea con un enfoque ecológico, resultado de años de transformación sustentable en sus procesos de producción por lo que redujeron el uso de un 41% de vidrio virgen, 67% de metal y 38% plástico.
Por otra parte y alienada con evitar el testeo en animales a nivel internacional, el Grupo LOreal desarrolló Episkin: un modelo de piel humana reconstruido en los laboratorios para realizar pruebas de seguridad in vitro, permitiendo que no testeen en animales desde el año 1979. Para ello, desarrolló centros de investigación en Lyon (Francia) Shanghái (China) y Brasil donde se produce piel y córnea reconstruida.