Árboles y bosques disminuyen la contaminación ambiental generada por el hombre, protegen el suelo y son esenciales para lograr un desarrollo sostenible.
Los árboles liberan el oxígeno y transforman el dióxido de carbono (CO2) en biomasa, reduciendo el efecto invernadero. Son reguladores de los ciclos hidrológicos, por lo que contribuyen a evitar inundaciones. Además, previenen la erosión de los suelos, favoreciendo el desarrollo de la agricultura; constituyen el hábitat de especies de plantas, aves, mamíferos, reptiles y anfibios. Estos seres vivos contribuyen a regular el clima, reduciendo los efectos del cambio climático generado por el hombre; son una fuente de materia prima para la elaboración de medicinas, alimentos, papel, combustible, fibras y otros materiales naturales como corcho, resinas y caucho.
De acuerdo a una publicación del Journal of Sustainable Forestry, existen en el planeta 60.065 especies de árboles y se desarrollan plenamente al llegar a los 40 o 50 años, según la especie. A nivel mundial, cerca del 78% de los bosques primarios fueron destruidos por la mano del hombre y el 22% restante fue afectado por la extracción de madera. El 12% de los bosques del mundo están designados para la conservación de la diversidad biológica.
Para muchas culturas, algunos árboles representan historias o tienen aspectos sagrados que los hacen especiales.
Fuente: UNViMe