Según un informe reciente de BCG y el Foro Económico Mundial, la inacción frente al cambio climático podría amenazar las ganancias corporativas y el crecimiento global.
Las empresas que no actúen ahora podrían ver reducidas sus utilidades entre un 5 % y un 25% para 2050, y sin medidas decisivas, el PIB global podría ser hasta un 22 % más bajo para 2100.

La inacción frente al cambio climático está exponiendo a las empresas a riesgos crecientes que amenazan las ganancias, las operaciones y la viabilidad a largo plazo.
Esto se suma a otros riesgos, como el impacto de la desaceleración del PIB en el consumo y el crecimiento.
Por el contrario, en un escenario de acción climática acelerada y un “camino de cero emisiones netas a 1.5 °C”, el impacto del precio del carbono podría llevara costos adicionales de hasta un 50% del EBITDA en los sectores más intensivos en emisiones para 2030, además de importantes depreciaciones de activos fósiles.
En un escenario de cero emisiones netas, entre el 10% y el 35% del valor contable de los activos grises podría enfrentar devaluaciones para 2030.
Estas son algunas de las conclusiones del informe del Foro Económico Mundial y Boston ConsultingGroup (BCG), El costo de la inacción: una guía para CEOs sobre cómo navegar el riesgo climátic).
“Los costos de los daños relacionados con el cambio climático se más que duplicaron en las últimas dos décadas, superando el billón de dólares entre 2020 y 2024”, dijo Patrick Herhold, director general de BCG, y coautor del informe. “Aunque la mayoría de las empresas son conscientes del riesgo, luchan por traducirlo en un impacto empresarial medible. Existe un beneficio significativo al invertir en acción climática”, afirmó.
El potencial de invertir en acción climática
Según señalaron los responsables del informe, la inversión global en mitigación del cambio climático puede generar beneficios hasta cinco veces superiores. Se necesitaría invertir alrededor del 2% del PIB global acumulado en medidas de mitigación para avanzar hacia una “ruta por debajo de los 2 °C”.
Pero estas inversiones podrían prevenir pérdidas del 10% al 15% en el PIB global durante este siglo. A nivel corporativo, las empresas que evalúan de manera integral su exposición al riesgo han informado al CDP que sus actuales inversiones en adaptación y resiliencia podrían generar entre 2 y 19 dólares por cada dólar invertido.
Las inversiones en descarbonización también suelen generar beneficios financieros. Muchas empresas que reducen sus emisiones de carbono se benefician de un menor gasto en energía fósil, un perfil de riesgo más bajo en activos de larga duración y un posicionamiento más sólido en el mercado.
La mayoría de las industrias podrían reducir entre el 10% y el 60% de sus emisiones de carbono a un costo nulo o bajo mediante medidas como eficiencia, energía renovable y electrificación de calor de baja temperatura. Con un precio significativo del carbono, casi todas las industrias podrían reducir económicamente más del 50% de sus emisiones.
Por otra parte, se espera que el mercado de las energías verdes “alcance los 14 billones de dólares para 2030, desde un ya considerable número de 5 billones de dólares en 2024. Los sectores y cadenas de valor incluyen energía alternativa (49%), transporte sostenible (16%) y productos de consumo sostenibles (13%), todos creciendo a tasas anuales del 10% al 20%, muy por encima del PIB”, señaló el informe.
Aprovechar oportunidades
“Los riesgos climáticos están escalando y la ventana para actuar se está cerrando rápidamente”, dijo Pedro Gómez, Jefe de Clima y miembro del Comité Ejecutivo del Foro Económico Mundial. “Este informe muestra que abordar estos desafíos no se trata solo de proteger a las empresas de la disrupción, sino de aprovechar oportunidades transformadoras. Al trabajar juntos, gobiernos y empresas pueden convertir el riesgo climático en un catalizador para la innovación, la resiliencia y la prosperidad compartida”.
El informe analiza una serie de medidas que las empresas pueden tomar para integrar el riesgo climático en su estrategia corporativa, creando resiliencia empresarial, competitividad y la capacidad de capitalizar la creciente demanda de soluciones sostenibles y resilientes. Estas medidas incluyen realizar evaluaciones completas de riesgo climático; gestionar los riesgos en la cartera de negocios actual, incluidas las inversiones en adaptación, resiliencia y descarbonización.