sábado, octubre 18, 2025

La descarbonización como motor de empleo y desarrollo sustentable

Cada vez más empresas locales miden y gestionan su huella de carbono. Las opciones disponibles para hacerlo y cómo el desarrollo de este mercado contribuye a generar nuevos puestos de trabajo. El potencial de Argentina para la consolidación de esta industria

Por María Salvador

Según el informe State of Decarbonization – Sector Insights de PwC, en el país, sectores como la construcción, manufactura y el agro están adoptando prácticas de economía circular, reutilización de residuos y eficiencia energética. Marcando un cambio de paradigma hacia una producción más resiliente y alineada con los compromisos climáticos del país.

En este camino, varias empresas han establecido metas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y algunas de ellas se propusieron ser carbono neutrales, es decir, alcanzar un resultado neto de cero emisiones GEI. Como el caso de Naranja X, que desde 2020 compensa el 100% de su huella, convirtiéndose en la primera fintech carbono neutro de Argentina. Para ello, trabajaron con proyectos de reforestación y conservación en alianza con Banco de Bosques y en 2022 compensaron su huella mediante ganadería y agricultura regenerativa.

Otro caso es el de TecPlata SA, que en 2024 se convirtió en el primer puerto del país en obtener la certificación carbono neutral. La empresa adquirió créditos de carbono certificados por el Estándar de Carbono Verificado (VCS) de Verra. El proyecto implica la instalación de turbinas eólicas conectadas al Sistema Argentino de Interconexión (SADI), que reemplazan la electricidad que de otro modo se produciría en plantas generadoras de combustibles fósiles.

Pero, ¿cómo empezar? un primer paso para lograrlo es la medición. En este punto, existen diversas herramientas para medir y compensar la huella de carbono, como el caso de TheCarbonSink y Carbon Neutral+. Ambas organizaciones acompañan el proceso de medición para que las empresas, tanto grandes como pequeñas, puedan conocer cuántas emisiones generan.

¿Cómo compensar?

Además de la herramienta de medición, TheCarbonSink ofrece soluciones para la compensación de emisiones. “Por un lado, contamos con un portfolio propio de créditos de carbono certificados, provenientes de proyectos que cumplen con los más altos estándares internacionales en diversos países de Latinoamérica. Esto permite a las empresas compensar sus emisiones de forma transparente y trazable” declara Federico Falcón, COO de TheCarbonSink.

Por otra parte, Falcón agrega que “Para aquellas compañías que necesitan adquirir grandes volúmenes de créditos —por ejemplo, para cumplir metas corporativas o regulatorias ambiciosas— ofrecemos un servicio de carbon trading, facilitando operaciones en mercados voluntarios con condiciones competitivas y acompañamiento especializado”.

En cuanto a la disminución de las emisiones, hay diferentes opciones, una de ellas es la que ofrece Bioeléctrica, donde sus plantas de biogás transforman pasivos ambientales —como efluentes agroindustriales, estiércol o residuos orgánicos en general— en energía limpia y renovable.

“Este proceso permite capturar metano y aprovecharlo como fuente energética, evitando su liberación a la atmósfera. Al sustituir combustibles fósiles en la generación de electricidad, calor o en el transporte, nuestras soluciones contribuyen directamente a reducir las emisiones netas y avanzar hacia la carbono neutralidad”, explica Juan Córdoba, Gerente General de Bioeléctrica.

Además, algunas de las centrales ya cuentan con certificación internacional de reducción de emisiones. Esto les permite generar bonos de carbono certificados, agregando valor ambiental y económico al impacto positivo que generan.

Transición energética y empleo

El avance y el desarrollo de proyectos de energías renovables y acciones de compensación, también impacta en el empleo, con el crecimiento de nuevos roles técnicos dentro de las organizaciones “desde especialistas en gestión de carbono hasta perfiles vinculados a la eficiencia energética, entre otros”, enumera Federico Falcón.

Al mismo tiempo, remarca que para que esta transformación se convierta en una verdadera oportunidad de generación de empleo, es clave que las empresas inviertan en formación y que los líderes se anticipen, desarrollando internamente el talento que esta nueva economía va a demandar.

Por su parte, Juan Córdoba indica que la transición energética no solo implica un cambio tecnológico, sino también una transformación en las cadenas productivas. “Cada central de biogás o biometano que desarrollamos genera empleo local en múltiples etapas: diseño, construcción, operación, mantenimiento y servicios asociados. Además, fomenta nuevas habilidades técnicas y oportunidades de formación profesional en energías renovables”, detalla. Según Córdoba, el desarrollo de estas tecnologías tiene un enorme potencial para generar empleo genuino, descentralizado y con impacto ambiental positivo.

“La transición hacia una economía baja en carbono no solo es urgente, sino también una gran generadora de empleo”, añade Teresa Cañete, CEO de Carbon Neutral+.

Cada vez que una empresa rediseña procesos, incorpora eficiencia energética o mejora su cadena logística, se abren oportunidades en desarrollo tecnológico, capacitación, energías renovables, servicios ambientales y economía circular”, añade Cañete.

Desde su experiencia, la descarbonización bien gestionada impulsa la innovación y promueve nuevos perfiles profesionales, desde técnicos en cálculo de huella hasta gestores de proyectos regenerativos.

El potencial de Argentina

Consultado por las diferencias entre sectores y sus metas de reducción de emisiones, Federico Falcón indica que aquellos con operaciones intensivas en emisiones, como energía, minería, manufactura, logística y química están más avanzados.

“En muchos casos, se trata de empresas multinacionales que ya enfrentan regulaciones en otros países y trasladan esas exigencias a sus operaciones locales. Pero también hay compañías que, aún sin una obligación inmediata, deciden anticiparse: entienden que estar preparadas no solo mitiga riesgos, sino que también abre oportunidades en un mercado cada vez más exigente en materia climática”. Así, la proactividad, en estos sectores, empieza a ser una ventaja competitiva.

Asimismo, Falcón resalta el enorme potencial para expandir los proyectos de compensación en Argentina:

“El país cuenta con vastas extensiones de territorio que pueden transformarse en activos climáticos: suelos degradados que podrían regenerarse, bosques que pueden protegerse, y prácticas agrícolas que pueden transformarse para generar créditos de carbono con impacto ambiental y social positivo”.

Por su lado, Teresa Cañete destaca que “en comparación con países como los europeos o Estados Unidos, donde hay más regulaciones y presión de mercado, las empresas argentinas están en una etapa más incipiente”. En algunos de los países de la región como Chile, México y Colombia tienen programas de huella de carbono a nivel gubernamental que acompañan a las empresas o estándares propios de créditos de carbono que funcionan como incentivo.

A pesar de los desafíos, Argentina tiene una gran oportunidad para posicionarse como oferente de soluciones de compensación de calidad. “Contamos con recursos naturales, ecosistemas estratégicos y proyectos con fuerte impacto social y ambiental que podrían generar bonos de carbono certificados. Lo que falta es una estructura de apoyo clara para escalar estos proyectos: marcos normativos, incentivos financieros y alianzas que integren al sector privado, el Estado y la comunidad académica y científica”, finaliza Cañete.

El panorama local

Según estadísticas de la Mesa Argentina de Carbono (MAC), que agrupa a más de 40 empresas líderes en la cadena forestal industrial, lo que representa el 80% de las plantaciones forestales en el país:

A nivel mundial, se registraron 11.800 proyectos de mercados de carbono, de los cuales 61 fueron en Argentina (0.5%). La MAC trabaja para desarrollar y fortalecer este mercado, aunque señala que la falta de seguridad jurídica y certidumbre aún son barreras significativas para la inversión.

En Argentina, los proyectos de carbono forestal en Argentina llevan más de 15 años en desarrollo. Ya permitieron mitigar más de 500.000 toneladas de CO2 en aproximadamente 20.000 hectáreas.

No obstante, existe un potencial de mitigación de más de 1.600.000 toneladas de CO2 para estos proyectos. Y se están evaluando, desarrollando y certificando proyectos que abarcan más de 400.000 hectáreas, lo que equivale a dos veces la superficie de bosque perdido en 2022.

Estos proyectos tienen el potencial de capturar y prevenir emisiones equivalentes a aproximadamente 50 millones de toneladas de CO2, lo que superaría el 60% de la meta de reducción de emisiones a 2030 establecida por Argentina en su Plan Nacional de Bosques y Cambio Climático.

La Mesa de Carbono Forestal Nacional ha presentado un documento clave: Aportes para el desarrollo de los mercados de carbono en Argentina, con el objetivo de enriquecer la discusión y sentar las bases para impulsar este negocio.

En febrero de 2025, la Mesa Argentina de Carbono anunció que VERRA certificó el primer programa de carbono en pastizales del país (Ruuts).

Más información: 

TheCarbonSink

 Carbon Neutral +

Bioeléctrica

Mesa Argentina de Carbono 

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