Por Fátima Cheade
En Argentina hay 2.305 gobiernos locales. Sus gestiones impactan en la vida de más de 45 millones de personas. Detrás de esos números hay personas que merecen una buena calidad de vida. Por esa razón, lograr la eficiencia en todas sus funciones es siempre el gran desafío.
En ese sentido trabaja la Red de Innovación Local (RIL), para ayudar a los gobiernos locales en el desarrollo de procesos virtuosos de gestión que en el día a día se traduzcan en calidad de vida para sus ciudadanos y oportunidades para desarrollarse en el lugar en el que residen.
“Hay un sentido de urgencia que nos interpela y nos impulsa a actuar. Creemos que una buena gestión local impacta significativamente y puede transformar la vida de las personas”, dice en diálogo con Intersección la directora de RIL Argentina, Candelaria Yanzi, que durante el diálogo repasa los logros de los diez años de existencia de la red en el país.
Hacia el cambio cultural
El programa que marca un hito es Ciudades Certificadas, que aspira a alcanzar 100 ciudades en cuatro años. La pionera fue Tres de Febrero, que el 13 de noviembre de este año recibió su certificación y se convirtió en Ciudad Líder.
Esta certificación reconoce a los gobiernos locales que utilizan los recursos públicos de manera responsable, estratégica, innovadora y sostenible, impactando directamente en la generación de oportunidades y calidad de vida de su ciudadanía.
Los 2.305 gobiernos locales que hay en Argentina tienen por delante el desafío de mejorar la eficiencia y transparencia de sus gestiones, pero en el proceso hay limitaciones que dificultan esta tarea (formación de los equipos, falta de incentivos correctos y el diseño mismo del sector público).
Este escenario genera un círculo de desconfianza ciudadana, decisiones unilaterales y, en algunos casos, prácticas poco transparentes. RIL trabaja para cambiar esta realidad, apoyando a líderes locales comprometidos con la transformación de sus gobiernos y acelerando la adopción de gestiones eficientes, innovadoras y transparentes.
Las 100 ciudades
Con 100 Ciudades Certificadas en Gestión Eficiente, RIL apunta a generar un cambio cultural en el sector público argentino. La certificación no solo representa un salto de calidad en la administración pública, sino también un nuevo estándar de transparencia y eficacia que beneficiará tanto al sector privado como a la ciudadanía en su conjunto.
Hace muchos años el gobierno local no era un actor tan relevante para el desarrollo de su provincia o de su país, reconoce Candelaria Yanzi, que hoy está “convencidísima que una ciudad que asume el rol que le toca y que lo hace muy bien puede generar un cambio cultural en el juego de la política en Argentina”.
El movimiento de 100 ciudades certificadas terminó de decantar este año.“Cada dos años hacemos la noche de intendentes, que es un evento que nuclea de 300 a 400 intendentes del país, y la misma proporción de referentes del sector privado del país, los mezclamos y los sentamos en mesas”, dice Yanzi.
“En 2024, la Noche de los Intendentes fue en Córdoba. Allí quisimos premiar a 13 ciudades que hicieron las cosas muy bien en ciertos temas porque creemos en el valor de la inspiración. Eso definió Cien Ciudades Certificadas”.
Pero, ¿por qué 100? Ese número también tiene su historia. Para llegar a 100 hicieron la siguiente cuenta: el 3,7 por ciento de la comunidad está ávida de innovación, no hay que explicarles mucho; el 13 por ciento son early adopters, que ven que alguien ya se animó y lo quieren también; el resto cuando ve que cerca del 16 por ciento ya lo adoptó, lo hace también.
“Con eso en mente y sabiendo que hay 2.305 gobiernos locales en Argentina, de las cuales 508 ciudades tienen más de 10.000 habitantes y representan el 90 por ciento de la comunidad total del país, convergieron en que si se tomaba el 16 por ciento de esa comunidad daba ochenta y piquito y terminó cerrando en 100”, explica la directora de Argentina.
“Si logramos certificar a 100 ciudades en gestión eficiente el cambio ya es irreversible”,
pronostica y explica que “ya habrá 100 ciudades que mostraron que hay una manera mucho más eficiente de gestionar, que los recursos se cuidan, que los equipos tienen que ser profesionales, que la digitalización es el camino, que las cosas tienen que estar planificadas, que tiene que haber un orden claro, indicadores”.
Esta proyección es directamente proporcional a la calidad de vida de los habitantes, porque una ciudad que no está organizada, que no tiene recursos, que no entiende muy bien cuál es su presupuesto, es imposible que después tenga un diseño serio de política educativa, o de primera infancia, resume.
El programa acaba de empezar con la entrega de la primera certificación a Tres de Febrero, en noviembre de 2024, y seguirá con Luján de Cuyo, mientras que varias más están en proceso de certificación.
Una década de acción
El mapa de RIL es la muestra clara de su recorrido, con cientos de puntitos que marcan las 350 ciudades que durante 2024 trabajaron para la innovación de sus procesos de gestión.
Precisamente la idea de esta Red de Innovación Local nace en el interior del país, de la mano de su fundadora y hoy directora ejecutiva de RIL, Delfina Irazusta, que la toma de los grupos CREA, una asociación civil sin fines de lucro liderada por empresarios agropecuarios.
Estos, según cuenta Yanzi, “utilizan una metodología de aprendizaje entre pares desde hace más de 60 años que hoy es la explicación de muchas de las innovaciones en el sector del agro”. Así, la idea se trasladó a un grupo de intendentes y surgió RIL, hace diez años.
La mayoría de los que integran RIL provienen del interior del país y tienen una idea clara de las ciudades que son pujantes y las que no. Saben que el valor que pone a una ciudad de un lado o del otro es la calidad de sus gobiernos locales.
Cuenta que lo primero que funcionó para que los intendentes tomaran conocimiento de lo que hacía RIL fue “el boca a boca” y que “el salto llegó de la mano de cinco referentes del sector privado que apostaron a la idea”. Ese fue el capital semilla: empresarios con injerencia territorial por su actividad o la ubicación geográfica de su planta.
Luego comenzaron a gestarse convenios con provincias que ponían al servicio de sus municipios las herramientas de fortalecimiento de procesos de gestión de RIL.
“Hoy existe la metodología de asesoramiento entre pares. Son comunidades en la que sus integrantes son de diferentes gobiernos locales pero trabajan para un mismo tema. Entonces, cuando una ciudad hizo un buen proceso con RIL y tuvo muy buenos resultados, hay 300 pares que los están escuchando”, explica.
Así funciona todo. Cuando las 30 ciudades que hacen un programa de gestión de residuos todos los años vuelcan a la comunidad lo que les pasó, los demás lo quieren.
Una cadena virtuosa
Las comunidades son el primer eslabón de la cadena, el más masivo, allí se comparten datos con otros. “Esas comunidades temáticas están estructuradas hoy en grupos de whatsapp y hay un grupo para cada programa”, detalla la directora.
El eslabón que sigue es el portal, una plataforma interactiva de aprendizaje, trabajo e inspiración en la que están los contenidos que se comparten. “Ninguna de las dos instancias de vinculación tienen costo y el lema es cuanta más gente, mejor”, consigna Yanzi.
El siguiente eslabón lo integran los programas de aceleración, en el que hay equipo técnico de RIl que trabaja con los de las ciudades en procesos anuales de diseño de política pública. Esos sí tienen un costo que paga la ciudad a través de una beca que solventa el sector privado que, por lo general, tiene una relación territorial por la actividad que realiza con esa ciudad.
Liderazgo e innovación
RIL también ofrece escuelas de liderazgo para que los intendentes se reencuentren con su vocación y con el amor a su ciudad, a través de FONDO +50 A, conformado por 50 aliados del sector privado que apuestan a esos nuevos liderazgos en las ciudades.
El programa embajadores también está vigente. Son diez personas del sector privado o tercer sector y diez del sector público jerárquico, ellos son elegidos por RIL por su compromiso con el desarrollo de su ciudad.
La innovación es lo que está en todo lo que hace RIL, en cada uno de sus programas, en cada uno de los procesos en los que trabajan junto al sector público local.
RIL tiene hoy 15 programas de aceleración en gestión de residuos, biodiversidad, planificación, gestión del suelo, circularidad, transición energética, digitalización, economía del conocimiento, emprendedores, desarrollo económico, movilidad, educación y seguridad.
Proyección internacional
Pero RIL llega además a muchos países con proyectos puntuales. “Hay cuatro comunidades regionales y después hay proyectos concretos para ciudades de América latina y África, pero en estos lugares el abordaje no es global como en Argentina”, explica y cuenta que tienen “ganas de crecer y de expandirse”. Pueden hacerlo gracias a la virtualidad.
Hoy están en más de 160 ciudades fuera de Argentina y casi 40 de África, pero no en forma global, que es el modelo que más enorgullece a RIL.
La novedad es que 2025 comenzará con RIL GLOBAL y que su directora será Delfina Irazusta, que abarcará Uruguay, Colombia y Brasil, con proyección para los próximos cinco años de llegar a otros países también y de alcanzar las 1.000 ciudades certificadas.
RIL EN NÚMEROS
RIL está en 622 ciudades, 472 de Argentina, 121 en América Latina (14 países), 29 en África y Asia (11 países)
Esto se traduce en:
800 gobiernos locales trabajando en red
22 países
+10 mil servidores públicos conectados en la red
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