La física argentina María Teresa Dova, investigadora del CONICET en el Instituto de Física La Plata (IFLP, CONICET-UNLP), fue galardonada con el Premio Internacional L’Oréal–UNESCO Por las Mujeres en la Ciencia 2025, por sus contribuciones a la física de altas energías, que incluyen el descubrimiento y caracterización del bosón de Higgs, la búsqueda de nueva física y su notable trabajo en el estudio de la física de los rayos cósmicos.
El trabajo de la física argentina ha llevado a la identificación de partículas subatómicas originadas en el espacio exterior o producidas en los aceleradores de partículas más potentes, cuya naturaleza y orígenes ha develado a través de los datos recogidos por los mayores detectores del mundo.
En particular, Dova desempeñó un rol destacado en el histórico descubrimiento del bosón de Higgs en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). Esta partícula es esencial ya que explica cómo adquieren masa todas las partículas elementales, permitiendo así la formación de estrellas, planetas y de la propia vida.
“La física de altas energías tiene objetivos más simples fundamentales que los de cualquier otra disciplina, porque se trata de descubrir y estudiar los componentes básicos de la materia. Para eso utilizamos potentes instrumentos, los más complejos nunca antes utilizados en la física, desarrollados en la frontera de la tecnología y la innovación, en un entorno de colaboración internacional y con el aporte de muchos países”, señala la científica argentina.
Innovación e impacto
Actualmente, Dova centra sus esfuerzos en una de las mayores cuestiones sin resolver de la física: la naturaleza de la materia oscura. Su investigación no sólo empuja los límites de la comprensión teórica sino que también contribuye a innovaciones tecnológicas con el potencial de impactar en múltiples sectores.
“Alcanzar mis objetivos significa estudiar las leyes de la física en las condiciones más extremas”, señala la investigadora del CONICET, y agrega: “Las partículas de mayor energía del universo son producidas por potentes fenómenos astrofísicos, pero rara vez llegan a la Tierra. Mi sueño es formar parte de otro descubrimiento revolucionario, especialmente resolver el misterio de la materia oscura, la sustancia invisible que constituye una vasta porción de la masa del universo. Un descubrimiento así profundizaría nuestra comprensión del universo”.
De acuerdo con la científica del CONICET, las grandes revoluciones tecnológicas surgieron siempre en los desarrollos ligados a la búsqueda del conocimiento. “Prueba de ello es que en nuestro camino por entender la estructura de la materia del universo, con la comunidad de física de altas energías hemos contribuido a la sociedad con el desarrollo de la radioterapia (y la hoy novedosa terapia hadrónica), la invención del world wide web (WWW), la pantalla táctil y por supuesto, los incontables aportes al desarrollo de la IA”, asegura.
Dova también aprovechó la ocasión para dejarle un mensaje a los jóvenes que estén interesados en incursionar en el mundo de la ciencia: “Puedo asegurarles que, si bien es un camino lleno de desafíos, no hay nada más gratificante que contribuir al avance del conocimiento, base para el avance de la civilización, sabiendo, además, que en cada paso siempre dejamos derivados y desarrollo de nuevas tecnologías que tienen impacto para mejorar la vida de la sociedad. ¿Qué mas se puede pedir?”.











