lunes, noviembre 17, 2025

Cooperación científica para reducir el impacto de los plásticos

La Planta Piloto de Ingeniería Química (PLAPIQUI, CONICET–UNS) y la Fundación Banco de Plásticos fomentan la reinserción de desechos plásticos reciclados en circuitos productivos bajo los principios de la economía circular

Cada año se generan 400 millones de toneladas de plástico a nivel mundial, de los cuales  se recicla menos de un 10 por ciento. En Argentina, el consumo anual de plásticos alcanza aproximadamente 1.900.000 toneladas, lo que representa 40 kilos por habitante al año, un número inferior al de países desarrollados como Estados Unidos o Reino Unido. Sin embargo, solo se recicla el 15 por ciento.

Con el fin de brindar soluciones a esta problemática en el país a fines de 2024 se firmó un convenio que establece vínculos de cooperación científica y tecnológica entre la Planta Piloto de Ingeniería Química (PLAPIQUI, CONICET–UNS) con sede en Bahía Blanca y la Fundación Banco de Plásticos.

«El reciclaje y la sostenibilidad de los plásticos exigen una mirada integral y articulada entre la ciencia, la industria y la sociedad. La Fundación Banco de Plásticos trabaja en esa dirección, impulsando soluciones innovadoras —como los bonos de plástico— que abordan problemáticas concretas a lo largo de la cadena de valor del plástico”,

afirma Silvia Barbosa, investigadora del CONICET, líder del Grupo de Envases y Sostenibilidad de PLAPIQUI.

De acuerdo con Barbosa, quien es doctora en Ingeniería Química, la alianza articula las capacidades científico-tecnológicas de PLAPIQUI con las demandas reales de la industria plástica. “Esta alianza nos permitirá avanzar en desafíos clave como aumentar la proporción de plástico reciclado mediante la valorización combinada de residuos, desarrollar estrategias de economía circular efectivas y replicables adaptadas a nuestro contexto, y diseñar tecnologías innovadoras para el tratamiento de residuos específicos”, explica.

Por su parte Carlos María Briones, presidente de la Fundación Banco de Plásticos, enfatiza que el creciente impacto ambiental de los materiales requiere soluciones urgentes e integrales. “Desde la Fundación trabajamos para aumentar la tasa de reciclaje de los plásticos, en un escenario donde la industria del reciclado enfrenta importantes desafíos: baja rentabilidad y falta de reglamentación”, explica. Y continúa:

“Esta sinergia busca contribuir al desarrollo de la industria nacional de reciclaje de plásticos, incorporando innovación, transferencia de conocimiento y soluciones técnicas que permitan reducir el impacto ambiental del plástico en los océanos y en los continentes”.

Cambio de paradigna

En PLAPIQUI se trabaja en sostenibilidad de plásticos desde hace más de 20 años en las distintas áreas involucradas en la gestión integral de residuos plásticos de diferentes sectores, la cuantificación, la logística, la separación, la minimización y la valorización.

“En ese sentido, se han determinado cantidad y calidad de residuos de distintas ciudades y corrientes de plásticos, se han diseñado sistemas de logística y herramientas específicas para envases de fitosanitarios, y se han propuesto sistemas de separación diferenciada para mejorar el reciclado en circuitos gastronómicos. En estos circuitos, también se ha trabajado en propuestas para minimizar la cantidad de desechos a partir del cambio de paradigma”, indica Barbosa.

En esa dirección, especialistas del CONICET del PLAPIQUI trabajan en líneas de ecodiseño aplicadas a envases plásticos minimizando la cantidad de material usado sin disminuir las prestaciones y focalizándose en el uso de un mismo material siempre que se pueda.

“Respecto de la valorización de los residuos, se han desarrollado tecnologías para compatibilizar mezclas de plásticos de modo de bajar los costos de separación y mejorar sus propiedades finales”, señala Vazquez. Y continúa: “Estas tecnologías se han aplicado tanto a plásticos provenientes de residuos municipales como a los provenientes de artículos de eléctrica y electrónica”.

 

Barbosa y Vazquez coinciden en destacar que en todos los casos se ha trabajado en codesarrollo con el medio socioproductivo y que por esa razón la aplicabilidad de los resultados es muy vasta y directa.

El objetivo de la Fundación Banco de Plásticos es lograr un ecosistema de plástico neutro, donde cada actor asuma la responsabilidad sobre sus pasivos ambientales de plástico. Es decir, promueve que las empresas logren una huella de plástico equivalente a cero.

“Para lograrlo, impulsamos la compensación de la huella de plástico a través de Bonos de Plástico, una herramienta innovadora que permite a las empresas hacerse responsable por la recolección y reciclado de plásticos, mediante la financiación a recicladores de proyectos de reciclado. Esto promueve la economía circular y fomenta una gestión ambientalmente responsable por parte de las empresas”, explica van Lierde.

En busca del triple impacto

Desde 2025, PLAPIQUI y la Fundación Banco de Plásticos vienen trabajando activamente en la difusión de las problemáticas asociadas al sector del plástico y en la promoción de soluciones basadas en el conocimiento generado desde la academia.

Entre las actividades previstas a futuro, se encuentran nuevos webinars temáticos (sobre valorización integral, ecodiseño, logística de residuos), capacitaciones específicas para recicladores y encuentros orientados a la detección de necesidades y oportunidades de transferencia tecnológica. “Todas estas acciones se enmarcan en un plan de colaboración que busca fortalecer la articulación entre la academia y la industria, con el objetivo de generar un impacto positivo de triple resultado: ambiental, social y económico, es decir impacto sostenible”, puntualiza Vazquez.

Por su parte Van Lierde afirma que se planea continuar con nuevos seminarios, publicaciones técnicas y acciones conjuntas que conecten el saber científico con las necesidades de la industria.

“Buscamos instalar en la agenda del vínculo academia-industria, la importancia de trabajar en conjunto en temas de sostenibilidad de plásticos con su complejidad asociada. En tal sentido se propone formar redes de colaboración, e impulsar la capacitación de actores clave en la cadena de valor del plástico”, subraya Vazquez.

En esa línea, van Lierde añade: “Buscamos transferir el conocimiento científico y técnico de PLAPIQUI a los diferentes actores de la industria del reciclado y a las empresas que buscan gestionar su huella de plástico. Lo haremos mediante actividades como talleres, webinars, jornadas y otros canales de difusión”.

Por su parte, Briones indica: “Aspiramos a aumentar la tasa de reciclaje en Argentina, fortaleciendo tanto la infraestructura como el conocimiento disponible. Nuestro objetivo final es contribuir a una disminución de la huella de plástico del país y lograr una mayor articulación entre ciencia e industria”.

Un aspecto clave es que esta alianza no solo busca resultados científicos o técnicos, “sino también generar conciencia en la sociedad y promover la creación de políticas públicas en pos de la economía circular de plásticos. Además, apostamos a visibilizar casos de éxito de vinculación entre ciencia e industria, y a promover nuevos espacios de formación y comunicación”, concluye Vazquez.

Fuente: Conicet

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