A propósito de la celebración del Día Internacional de la Biodiversidad, el 22 de mayo establecido por ONU y con el lema para este año: Armonía con la naturaleza y desarrollo sostenible; desde Fundación Vida Silvestre Argentina FVS, alertaron sobre la urgencia de reforzar los esfuerzos de conservación, por la naturaleza y las personas.
Desde la ONG advirtieron sobre la necesidad de entender a la biodiversidad como el soporte vital de la Tierra, que proporciona a las personas recursos para la alimentación, equilibrio ecológico, beneficios medicinales, estéticos y espirituales, tan necesarios para la vida.
Argentina es hogar de una asombrosa variedad de ecosistemas y especies, con 18 ecorregiones que la convierten en uno de los países con mayor diversidad biogeográfica del mundo.
Sin embargo, la biodiversidad de nuestro país enfrenta amenazas críticas debido a la pérdida de hábitat por la conversión de ambientes naturales, la deforestación, la cacería, el cambio climático y la introducción de especies exóticas. La conservación de nuestros ecosistemas no solo es vital para preservar la fauna y flora, sino también para garantizar la calidad de vida de los seres humanos.
“La conservación de la biodiversidad no es solo una tarea de los ambientalistas, sino una responsabilidad colectiva para garantizar un futuro sustentable para todos”, afirmó Sebastián Fermani, director de conservación de Fundación Vida Silvestre Argentina.
El mapa de la Biodiversidad
Desde los imponentes Altos Andes, hogar del cóndor andino y el zorro colorado, hasta la inmensidad del Mar Argentino el territorio nacional se presenta como un mosaico de paisajes únicos, que forman parte del patrimonio natural.
En el norte del país, la Selva Paranaense y las Yungas representan los últimos remanentes de bosques subtropicales, caracterizados por su exuberante vegetación y alta biodiversidad. En contraste, la Puna, árida y de gran altitud, exhibe un ecosistema adaptado a condiciones extremas, donde la vicuña y el gato andino sobreviven en un entorno desafiante. La gran llanura del país corresponde a Las Pampas, cubierta originalmente por pastizales naturales, donde nació la tradición gaucha y donde el venado de las pampas es una especie clave en la conservación de estos ecosistemas.
El litoral y sus humedales protegen ecosistemas fundamentales, entre ellos el Delta e Islas del Paraná y los Campos y Malezales, donde la interacción entre agua, flora y fauna sustenta una gran riqueza natural.
En el Gran Chaco, con sus subregiones del Chaco Seco, Chaco Húmedo y Esteros del Iberá, reflejan la transición entre ambientes boscosos y semidesérticos, hasta extensos humedales.
Hacia el sur del país, los Bosques Patagónicos constituyen un refugio de biodiversidad con especies endémicas como el pehuén y la lenga, además de albergar especies como el puma y el zorro gris chico. Mientras tanto, la extensa Estepa Patagónica se caracteriza por su vegetación adaptada a ambientes secos y áridos, y paisajes de singular belleza, siendo el guanaco una de sus especies más representativas.
Las Islas del Atlántico Sur y la Antártida marcan los límites del territorio nacional, desempeñando un papel esencial en la regulación climática y en la conservación de especies polares. En estas regiones habitan especies como el lobo marino antártico y el pingüino rey.
Un llamado de atención
“Desde una perspectiva sistémica no podemos dejar de resaltar que un crecimiento económico es imposible de sostener si los recursos naturales se agotan o degradan. Abandonar la idea de una superabundancia indefinida de los recursos provenientes de la naturaleza constituye un punto de inflexión en donde los modelos de producción deben incorporar la sustentabilidad como un eje central y neurálgico para asegurar la construcción de economías sanas y estables a largo plazo”, concluyó Fermani.
En este sentido, la Fundación Vida Silvestre Argentina refuerza su llamado a gobiernos, empresas y ciudadanos para trabajar juntos en la protección de la naturaleza. Es fundamental promover políticas públicas efectivas, apoyar iniciativas de restauración ambiental y reducir la huella ecológica en nuestras acciones diarias.

















