Por Andrea Vulcano
Después de años de internación en el Hospital Interzonal Dr. José A. Estéves, especializado en salud mental, nueve mujeres adultas mayores están a punto de dar un paso histórico: dejar atrás la institucionalización e iniciar una nueva etapa de vida autónoma y en comunidad, fuera de las paredes del centro psiquiátrico.
El proceso implica mucho más que una simple mudanza: se trata construir un hogar con el sostén de una red de apoyo comunitario. Justamente, por ahí va la iniciativa de la Fundación Navarro Viola, que apunta a sumar el acompañamiento de la sociedad a ese gran paso, tanto a través de ayuda material como de un entramado de afecto.
Impulsado por el propio hospital -ubicado en el corazón de Temperley, en la zona sur del conurbano- y acompañado por la Fundación, el proceso de externación de estas pacientes —todas mayores de 60 años— pone en el centro de la escena el derecho a una vida autónoma y digna.
El proyecto parte de la base de que las pacientes no son solo casos clínicos sino que, detrás de cada diagnóstico, hay una persona con proyectos vitales que siguen en marcha.
Crear espacios para ellas
“Este es un hospital de salud mental para mujeres. Nosotros estamos en el sector de internación prolongada y rehabilitación social. Son mujeres que están institucionalizadas hace muchos años y eso tiene impacto en el cuerpo y la salud mental”, plantea María Victoria Borré, psicóloga del Centro de Día del hospital.
En este sentido, la directora del centro asistencial, María Isabel Harflield, cuenta que “gran parte de las mujeres que quedaron tantos años internadas” continúan en la institución “más que nada por razones de tipo social, ya sea porque se han cortado sus vínculos familiares o por la falta de redes para poder volver a la comunidad”.
“Esas mujeres necesitaban ser tratadas y acompañadas desde lo que es la idea del adulto mayor. Fue entonces que creamos un centro especial para trabajar con ellas”, relata.
Evangelina Machuca es terapista ocupacional y coordina ese centro de día: “Cada actividad que van teniendo se piensa en función de los intereses de ellas y, el solo hecho de darles ese espacio, fue para ellas muy grande porque estaban como olvidadas”.
Pero ése es tan solo el punto de inicio del desafío que se propusieron: “El siguiente paso es que haya mujeres que vayan a vivir a la comunidad”, sintetiza Harfield.
Lejos de dejarlo delineado en un mero horizonte, poco a poco fueron construyendo el camino para lograrlo. Si bien el hospital contaba ya con 25 casas asistidas en la comunidad, hasta ahora ninguna de ellas involucraba a adultas mayores.
“El desafío es trabajar para ayudarlas a recuperar las cosas que perdieron en estos años de internación: desde cocinarse solas, lavar los platos, organizar el hogar, vincularse, hablar con otros”, resalta la directora del hospital.
“En el grupo de externación tenemos actividades concretas que tienen que ver con la vuelta a casa”, cuenta Borré.
Más que una salida
El Estéves fue premiado en 2023 con el XXII Premio Bienal Fundación Navarro Viola por su trabajo con personas mayores institucionalizadas. Entre las actividades que realizan en el centro de día hay pintura, jardinería, tejido, ejercicios físicos, cocina.
Sin embargo, hay algo más valioso y sustancial, difícil de medir y de cuantificar: se trata del reconocimiento de los intereses de cada una de las mujeres, como así también de la revalorización de su subjetividad y su dignidad.
Así, ellas mismas se fueron transformando en las protagonistas del lento camino hacia la externación. En el marco de ese proceso, nació el proyecto Voluntarios +60: Un camino a casa, una nueva campaña solidaria de la Fundación Navarro Viola, destinada a acompañar a esas mujeres adultas mayores que están construyendo su nuevo hogar.
Desde lo material, la iniciativa apunta a reunir sábanas, frazadas, toallas, utensilios de cocina, pintura, materiales de reacondicionamiento, y todo aquello que ayude a la construcción de un nuevo hogar.
Desde lo humano, en tanto, la idea es, a través de personas voluntarias también adultas mayores, fortalecer el entramado de lazos para que el salto hacia la externación no sea un salto al vacío sino todo lo contrario.
Construir la red de afectos
Las mujeres que serán externadas tienen historias atravesadas por la soledad, la exclusión y la vulnerabilidad. En algunos casos, su internación supera los diez años.
Por eso, la iniciativa solidaria llevada adelante por el Hospital Estéves junto a la Fundación Navarro Viola se plantea como un punto de inicio para que esas mujeres puedan habitar el mundo de otra manera, con autonomía pero, al mismo tiempo, con apoyos y vínculos concretos.
“Queremos que personas de +60 acompañen a estas mujeres en este tránsito, como pares y referentes de una comunidad activa y comprometida”, plantean desde la Fundación Navarro Viola.
Con más de una década de recorrido de su programa Voluntariado +60, esta organización reconoce el valor, la experiencia y el potencial transformador de las personas mayores como agentes activos de cambio.
“Durante el primer semestre de este año, más de 130 voluntarios y voluntarias colaboraron en diversas acciones sociales: lideraron talleres culturales gratuitos para otras personas mayores, participaron en encuentros intergeneracionales de lectura con la primera infancia, colaboraron con otras organizaciones sociales y realizaron campañas solidarias”, cuenta a Intersección Belén Fernández Moores, coordinadora del Voluntariado +60 y de la campaña solidaria Un camino a casa, junto al Hospital Estéves.
Sumas que multiplican
“Cuando una causa los moviliza, los voluntarios +60 no se suman; la hacen propia. Encuentran un sentido profundo en cada acción solidaria”, resalta Fernández Moores y señala que, así, constituyen “eslabones de una cadena de generosidad que, una vez en marcha, no deja de transformar vidas”.
“La campaña ‘Un camino a casa’ es mucho más que una acción solidaria: es la oportunidad de que nueve mujeres mayores, luego de años de institucionalización, accedan por primera vez a un hogar propio, pensado y equipado especialmente por los Voluntarios +60 para ellas. Cada objeto donado por la comunidad lleva el gesto personalizado para cada una de las mujeres del grupo de externación. Cuando la solidaridad se transforma en comunidad, la vida empieza de nuevo”, subraya Fernández Moores.
“Este proyecto de desinstitucionalización no podría ser posible sin las redes comunitarias que aportan, sostienen y acompañan la inserción social de estas mujeres que han pasado tantos años internadas en el hospital”, sostiene María Victoria Borré, psicóloga del Centro de Día para Personas Mayores del Hospital Estéves.
En tanto, la coordinadora de ese espacio, Evangelina Machuca, pone en valor el entramado construido desde la Fundación Navarro Viola: “Cada contribución, grande o pequeña, es un gesto de amor y solidaridad que nos inspira a seguir trabajando”, resume.
La campaña está abierta a toda la comunidad y hay distintas formas de sumarse: https://www.instagram.com/p/DMGQEznSkCR/?igsh=MXBneGpmNW0ycHN5Mg==
-Difundiendo la campaña en redes sociales y entre conocidos:
-Donando objetos en buen estado (sábanas, frazadas, vajilla, herramientas, entre otros) hasta el 8 de agosto en la sede de la Fundación Navarro Viola, ubicada en la avenida Quintana 174, del barrio porteño de Recoleta (lunes, martes y jueves de 10 a 13 y de 14 a 17; viernes de 10 a 13).
Más información sobre este programa en ese video: