Por Andrea Vulcano
La iniciativa ya acumula cuatro años de recorrido, con resultados concretos y cambios visibles. Se trata de un programa llamado Ciudades Circulares que lleva adelante la Red de Innovación Local (RIL), una organización de la sociedad civil que brega por que los habitantes de centros urbanos puedan tener una mejor calidad de vida y mayores oportunidades de desarrollo.
Uno de los focos de su acción está puesto en la gestión de residuos, un aspecto crucial en el camino hacia la circularidad que aspira a promover en esos conglomerados.
“A través de nuestros distintos programas, acompañamos a gobiernos locales a crear estrategias y políticas innovadoras en temas clave para su gestión. A partir del trabajo en red con otras ciudades y el apoyo de especialistas, buscamos que cada ciudad se destaque en la temática elegida”, explican desde la RIL.
En lo que atañe a la gestión de residuos, la organización acompaña el diseño de una estrategia integral con perspectiva socioambiental. Para eso, promueven la construcción de una economía basada en activos sostenibles y una gestión eficiente, con foco en la reducción, la reutilización y la revalorización. Todo esto, en articulación con otros actores.
Preguntas disparadoras
¿Qué capacidades y limitaciones tiene el municipio para gestionar los residuos? ¿Cuáles y cómo son los problemas y las soluciones que ofrecen en ese sentido? ¿Cómo mejorar la gestión de ese aspecto? ¿Cuáles son los logros alcanzados?
Esas son algunas de las preguntas disparadoras que guían el camino que recorren los distritos que se suman a Ciudades Circulares.
“El año pasado se trabajó con 23 ciudades de once provincias que impactaron a 5,8 millones de habitantes. Fueron unos 122 los equipos técnicos que trabajaron. Al momento del inicio, el autodiagnóstico de autogestión de residuos nos dio un promedio del 44 % y al final del año dio 67 % . Fue un crecimiento del 23 por ciento en la estrategia de gestión de residuos de esas 23 ciudades”, señala Sofía Noguer, coordinadora del programa en la RIL, en diálogo con Intersección.
Y va más allá: “El año pasado lo terminamos con 23 planes de acción en Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) y 12 de esas ciudades están hoy en proceso de implementar un sistema de trazabilidad para registrar las métricas de los materiales recuperables”, completa.
Este año -el quinto desde que arrancó el programa-, son 32 las ciudades seleccionadas, que ahora transitan la etapa de autodiagnóstico sobre sus realidades en cuanto a la gestión de residuos.
Inicio de un camino
Las ciudades que el año pasado se sumaron a la idea de transformación son: Trenque Lauquen, Trelew, Santa Rosa, Venado Tuerto, Salta, San Miguel de Tucumán, Cipolletti, Monte Cristo, Luján de Cuyo, General Pueyrredón, Junín de los Andes, San Patricio Del Chañar, Villa Cañas, Rosario, Zárate, Guaymallén, Zapala, San Salvador de Jujuy, Bella Vista (Tucumán), Ceres, Córdoba, Despeñaderos, Formosa, Moreno, Neuquén, Puerto Madryn, San Antonio de Areco y San Isidro.
En todos los casos, la inquietud por sumarse a la propuesta surge del municipio, que busca involucrar a distintos actores de la comunidad.
“Creemos que una buena gestión local puede transformar la vida de las personas”, subrayan desde la Red de Innovación Local, que procura conectar a líderes de gobiernos locales por entender que “son infinitas las posibilidades de colaboración entre ciudades que enfrentan problemáticas similares”.
“Facilitamos espacios de encuentro y aprendizaje entre pares porque creemos en el poder transformador del trabajo en red, que inspira a las personas a superarse y progresar”, señalan.
Trazabilidad como prioridad
Lo sucedido en la ciudad de Córdoba puede servir de ejemplo para entender cómo funciona la idea de circularidad, con el foco puesto en los residuos. A partir del recorrido transitado, en la capital cordobesa se diseñó e implementó un nuevo sistema de trazabilidad de materiales.
Se trata de Recycoin, una iniciativa para la gestión y la administración del recupero de materiales que contempla dos aplicaciones móviles, una de ellas para que empresas programen el retiro de materiales, y otra para que operadores registren recolecciones y rutas asignadas y operen puntos de reciclaje..
Además, cuenta con un portal web en el que se gestionan rutas y roles de cada uno de los actores involucrados en el trazado.
Hubo cinco empresas que participaron en la prueba piloto del sistema durante 2024: Tubos Trans Electric, Transportes Sucre S.A, Granja SRL, Scarpatti Amoblamientos y Gestamp.
“La trazabilidad de los materiales es para nosotros una prioridad. Por eso, mejoramos las herramientas para contar con parámetros fiables a partir de los registros de retiros y su coordinación, lo que nos permite gestionar eficientemente los recursos y garantizar consistencia en los volúmenes trabajados, aportando además, transparencia hacia la sociedad y el sector privado”, explica Romina Tártara, directora de Escuela Municipal de Economía Circular (EMEC).
Una escuela de Economía Circular
Además, en el camino en pos de la sustentabilidad, la Escuela Municipal de Economía Circular de la ciudad de Córdoba lleva adelante desde el año pasado un proyecto denominado Mercado de Materiales.
Así, busca promover un intercambio permanente con el sector productivo, articulando mecanismos para la preservación del ambiente y la reducción del volumen de residuos destinados a enterramiento.
Lo hace incentivando el uso de materiales circulares en pequeños y medianos emprendimientos, y también asesorando a emprendedores y estudiantes hacia el cambio de hábitos en la producción y la aplicación del ecodiseño en sus productos.
“Se trata de contribuir en la disminución de costos de emprendedores, aportando material que puedan procesar y transformar en un producto apto para comercialización”, señalan desde la EMEC.
El caso de San Antonio de Areco
El municipio de San Antonio de Areco, en la provincia de Buenos Aires, también se sumó al cambio. Para eso, primero, realizó una encuesta entre sus habitantes, que detectó que el 40 por ciento de los vecinos no separaba los residuos pese a contar con alguna de las 90 campanas verdes que habían sido distribuidas en el distrito.
El 80% de las personas encuestadas reconoció no saber qué hacer, como así también dónde llevar ni cómo recuperar los desechos electrónicos, el aceite vegetal o envases fitosanitarios vacíos, entre otros residuos especiales.
Además, la Municipalidad de San Antonio de Areco firmó en 2022 un convenio de trabajo con la Cooperativa 27 de Octubre, para poner en funcionamiento una planta de clasificación en el Centro de Transferencia de Residuos Sólidos Urbanos.
“San Antonio de Areco logró aumentar de 50 a 180 las toneladas vendidas de residuos sólidos reciclables”, sostuvo recientemente Celina Pérez Adamo, secretaria de Desarrollo y Producción local.
Además, entre las acciones impulsadas junto a la RIL, fueron construidos EcoPuntos en el distrito y se impulsó también la utilización de ecovasos en eventos locales.
El caso Ceres
Ceres es una ciudad santafesina ubicada en el noroeste de la provincia, casi en el límite con Santiago del Estero. En 2024, el municipio participó del programa de Ciudades Circulares y allí pudieron hacer un diagnóstico detallado sobre la gestión de residuos locales.
La demanda inicial en Ceres era doble. “La ciudad enfrentaba un problema ambiental urgente: un basural a cielo abierto que crecía sin control y la imposibilidad de valorizar adecuadamente sus residuos plásticos debido a la distancia con los principales centros comerciales”, señalan desde la RIL.
“Al mismo tiempo, existía una problemática social sensible, relacionada con las altas tasas de recaída en tratamientos por adicciones”, agregan.
Así nació RECyLINE, una iniciativa que busca recuperar residuos plásticos y convertirlos en recursos útiles y oportunidades laborales para personas en tratamiento por adicciones. El taller es, a la vez, una fábrica productiva, un espacio de inclusión social y un aula práctica de economía circular.
“La iniciativa genera beneficios ambientales, sociales y económicos, y apunta a convertirse en un modelo replicable para otras ciudades”, subrayan desde la Red.
De basural a espacio verde
Una de las principales virtudes del programa Ciudades Circulares es que promueve la articulación entre diversos actores sociales. Así, además de los municipios y las comunidades también participan las empresas.
Una de las que se asoció a RIL en esta iniciativa fue Banco Hipotecario. Si bien ya venían trabajando en conjunto desde 2014, como parte de una prueba piloto, la empresa se unió al municipio de Formosa como parte de su Programa Embajadores, del que participan sus colaboradores interesados en realizar acciones con impacto en sus comunidades.
Así, junto a los vecinos organizaron la limpieza y puesta en valor del microbasural crónico de Los Constituyentes, una de las zonas más afectadas por la acumulación de residuos.
¿Cuál fue el resultado de esta gestión? “Se concretó el cierre del microbasural urbano, transformando la zona en un nuevo espacio público verde. Se plantó flora nativa y se acondicionó el lugar para el uso recreativo y disfrute de la comunidad”, detalló a Intersección la responsable del Área de Sustentablidad del BH, Karina Gutiérrez.
Además, durante la implementación de esta iniciativa también capacitaciones sobre compostaje y actividades de sensibilización sobre la importancia de incorporar flora nativa en las ciudades.
Como resultado de esta experiencia, desde el banco se proponen sistematizar la información, fortalecer la estrategia integral de separación de residuos y gestión de eco puntos en Formosa, e incluso proyectan llevarlo a otras provincias
Hay otras empresas que están articulando con RIL en el marco de Ciudades Circulares, entre ellas están Syngenta, Mondelez, Loreal, Vista y CCU.
Más información en estos links:
HISTORIAS DE CIUDADES EFICIENTES | CAPÍTULO #2: Luján de Cuyo, Mendoza, Argentina
Escuela municipal de economía circular














