Este programa de la Fundación Ser, creada por el médico Jorge Gronda, ofrece servicios de salud a bajo costo a más de 100 mil personas en el noroeste argentino.
Por Paola Varela
El modelo sanitario argentino está conformado por tres sistemas: el que proviene del sector público financiado por el estado, las obras sociales y las empresas de medicina prepaga. Estas estructuras han demostrado serias falencias en cuanto a las posibilidades de acceso a los turnos y la calidad del servicio que prestan a sus pacientes y usuarios; la mayor evidencia de esta situación se dio durante la pandemia por covid-19.
Pero existe otro formato de servicios de salud, surgido desde el sector social. Desde 2009 funciona en el noroeste del país un grupo de profesionales que integran la Red Umana, un programa creado de la Fundación Ser que nació como una alternativa inclusiva que brinda atención médica con precios accesibles para quienes no cuentan con cobertura y no están en condiciones de afrontar los precios altos de las consultas particulares.
Esta iniciativa surgió cuando el doctor Jorge Gronda comenzó a atender de manera gratuita a mujeres campesinas y fuera del sistema en su centro de ginecología Cegin. “Ellas veían a las mujeres que asistían por la prepaga. Les expliqué que las señoras le pagaban a su aseguradora $40.000 por mes, pero a mí solo me llegan $1.000 por consulta. Y me dijeron que ellas no podían pagarle a la empresa de salud, pero sí podían pagarme la visita directamente” relata.
Para sus fundadores, esta organización es un intermediario entre los doctores y sus pacientes, sin burocracia ni períodos de carencia. La persona que necesita atención puede asociarse ingresando a la web o adquiriendo la tarjeta en farmacias, fundaciones y en los mismos consultorios. Luego, debe activar su membresía por medio de WhatsApp o telefónicamente. El servicio tiene un costo de 1.200 pesos anuales y solo se abona el valor diferencial de la consulta al momento de ser atendido.
El paciente abona a su doctor el valor fijado en la cartilla, sin necesidad de intervención del personal de la startup. “Nosotros no le pagamos al médico, tampoco le cobramos comisiones, ni mantenimiento” afirma Sebastián Luna, gerente de operaciones de la red, y agrega que cobrar en el momento es un beneficio para el profesional que suele esperar hasta tres meses para recibir sus honorarios de parte de obras sociales y prepagas.
El contacto con Umana puede hacerse íntegramente por WhatsApp; por ese medio se dan altas, se consultan cartillas y estados de membresía, entre otras acciones. La idea es mantener la simpleza del acceso a la salud para alcanzar a la mayor cantidad de personas posible. “Muchos de nuestros pacientes no cuentan con un mega celular, ni paquetes caros de datos, tratamos de facilitar la comunicación a través de un medio que usan todos”, sostiene Luna.
Jorge Gronda decidió promover este programa porque está convencido de que el sistema de salud tiene que ser de excelencia y universal: que se garantice más allá de los intermediarios -obras sociales y prepagas-, sin el condicionamiento de los aranceles para acceder a atención de calidad.
“La salud no es una cuestión de plata, sino de dignidad y respeto”, reflexiona Jorge Gronda, quien a lo largo de los 15 años que lleva desarrollando este proyecto exhibe un saldo más que positivo: “No creo que salve al mundo, pero al menos ya son más de 100.000 personas a las que ayudamos”.
En este momento la red de profesionales de la salud se encuentra operando en Jujuy, Salta, Tucumán y Córdoba, aunque han recibido ofertas para desarrollar la iniciativa en Santa Fe, Mendoza, Chile y Paraguay. Por ahora, México aparece como la mejor opción para instalar el modelo debido a las condiciones que hay allí para conseguir financiación y, de esta manera, expandirse al resto del país y el continente.
Sebastián Luna insiste en la necesidad de ampliar esta iniciativa a toda la región y ve en ella un enorme potencial. Para Gronda, es necesario también lograr un nivel internacional de colaboración que permita alcanzar a más personas en situaciones de vulnerabilidad y sostiene: “En Latinoamérica debe haber millones de mujeres como las de Jujuy que nadie ve y como nosotros somos latinoamericanos antes que argentinos, queremos llegar a todas ellas”.
Existen tres niveles de prestación médica. El primero abarca al 80% de los pacientes que llegan con dolencias que se solucionan en la primera consulta. El segundo, que representa el 19% de los usuarios, es más complejo y requiere de internaciones y tratamientos. El 1% restante son casos de enfermedades extremas que necesitan muchos recursos.
“Nosotros nos enfocamos en ese grueso de personas cuyo malestar se soluciona en la primera visita al médico”, afirma Sebastián Luna, gerente de operaciones. De esta manera la red contribuye a descomprimir la saturación propia de los efectores públicos.
También cuenta con una propuesta para aquellos que conforman el segundo nivel a través de convenios con financieras que les permiten acceder a tratamientos y cirugías pagando en cuotas mensuales.
En cuanto a las enfermedades de mayor gravedad, aún no han encontrado los medios para ayudar a quienes las padecen, pero, según Luna, el sistema de salud pública de Argentina funciona muy bien en ese aspecto.
Más allá de la salud
Muchos de los pacientes de la Red Umana son personas que no cuentan con comodidades, por ejemplo, un piso de concreto. Este programa también está generando alianzas con corralones de materiales de construcción. El usuario puede acceder en cuotas y a precios bajos a los elementos necesarios para poder tener un piso de cemento. “No solo queremos acercar salud, sino también bienestar a nuestros pacientes” afirma Sebastián Luna, gerente de operaciones.
La Red Umana en números
95.607 pacientes adheridos
163 profesionales
51 especialidades y prácticas
15 años de trayectoria
+ 100.000 personas atendidas















